

Partimos
às 8:30 hs. da manhã da terceiro
descida
das Grutas com rumo
sul, em 40 minutos de navegação aproximadamente,
paramos
sobre uma
salmonera e a esperar o pique que em
breve
começam a sair
as peças esperadas. Meros e besugos são os primeiros convidados a
bordo e
a
seguir
puxando
que chega o Salmão...
ÀS 15 hs. já passamos um grande dia de pesca, agora chega o momento do
regressar
a porto.
As peças de salmão variam entre 6 e 25 Kg acompanhadas por grande
variedade de espécies de peixes (meros, besugos, sargos, linguados, raias, cabrillas e outros)
A
saída
inclui equipe de pescaria e
isca.
A pesca se realiza
durante o
ano
todo.
Contate-nos
para realizar as reservas

Pato

Jueves 6 de febrero de 2003
El salmón
invita desde el mar a una aventura ideal
Pocas
millas al sudeste de Las Grutas está la Salmonera, un sitio excelente
para que los amantes de la pesca ingresen al desafío de conseguir la
pieza más grande. Toda una atracción.
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Cuando
la suerte parece haber tomado otros rumbos llega la sorpresa:
piezas de 18 kilos y más grandes pueden aparecer.
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LAS
GRUTAS (ASA).- Las tres varas se doblan hasta que las punteras casi
rozan la superficie del mar. Todos los demás pescadores levantan.
Apenas pueden creer que tres grandes ejemplares hayan picado casi simultáneamente.
Omar, de Córdoba, agotado tras varios minutos de lucha y de esfuerzo,
cede su caña a "Pato", el guía, que intenta sacar lo que
parece será el salmón más grande de la jornada. Mientras tanto, Luis,
también cordobés, ya extrajo el suyo, que no superaba los cuatro kilos
y era similar a los dos que había pescado en el transcurso de la mañana.
A su lado, junto a la cabina de la lancha, César, un rosarino que es
acompañado por su padre, no da más. Siente que el pez que tiene en su
línea está por vencerlo. Apoya la caña contra la borda y la punta se
tuerce hasta que parece quebrarse.
La vara de Omar de pronto se afloja. La línea queda suelta, muy
liviana. "Se me fue", dice "Pato", con cierta
angustia.
Entonces pasa a ayudarlo a César y entre ambos siguen enrollando.
A unos cinco metros de profundidad se ven dos panzas blancas. Enormes.
Con cámaras y filmadoras en mano todos los demás se disponen a ver un
espectáculo increíble.
Primero sale el más chico, de unos 7 kilos. Hasta ese momento el más
grande del día. Y luego, prendido en el otro anzuelo el restante. Un
ejemplar de unos 18 kilos con una cabeza del tamaño de un pelota de vóley.
Entre varios lo levantan y lo depositan en cubierta. Aplausos cerrados
para el pescador que todavía no puede creer que pudo sacar del agua al
enorme pez.
La pesca depara estas sorpresas en la salmonera.
Durante horas, el pique quizá se limite a besugos, meros y peces palo.
Todos de no más de un kilo cada uno. Por allí, a las perdidas, un salmón
pequeño.
De golpe, cuando ya parece que las esperanzas de obtener el grande se
pierden, llega el momento en que las cañas se tuercen.
Queda la duda acerca del tamaño del salmón que le había picado a Omar
y que a pocos metros de ser sacado a flote, cortó la línea. "Era
más grande", afirma "Pato", que colaboró con las dos cañas
y pudo comparar la resistencia.
El golfo San Matías es un sitio ideal para la pesca embarcada. La
tranquilidad del mar, en especial durante la mañana, permite al turista
pasar una jornada inolvidable en aguas abiertas, dedicado a esta
actividad apasionante.
El lugar tiene que ser el conocido como la Salmonera, al que pocos le
conocen la posición exacta en longitud y latitud.
La zona está situada pocas millas al sudeste de Las Grutas, entre los
barcos mercantes que esperan en rada y el Fuerte Argentino.
La clave radica en encontrar la restinga. Allí, entre las piedras, a
unos 20 metros de profundidad, viven los salmones.
Y junto a ellos, los meros, los besugos, lenguados y otros peces, que
pueden transformarse en el centro de una cena con amigos en este
balneario.
La extracción no provoca riesgos ecológicos, ya que la biomasa de
estas especies es alta y está controlada, máxime si se tiene en cuenta
que están sometidas sin peligro a la pesca intensiva con redes de
arrastre.
No obstante, hay una consigna que se respeta: pescado chico que no sirve
ni siquiera para carnada debe arrojarse nuevamente al agua, con el menor
daño posible para que sobreviva.
Para
expertos o turistas que llegan sin caña
Quienes
cuentan con lanchas y gomones propios pueden ir a pescar por sus propios
medios, realizando el despacho en Prefectura, acreditando la capacitación
para el comando de la embarcación, portando los elementos de seguridad
y llevando un equipo de pesca de características simples: una caña y
un reel frontal o rotativo resistente con no más de 100 metros de línea
del sesenta como mínimo, anzuelos de distintos tamaños y calamar o
pulpitos para encarnar.
En tanto, los que no cuentan con embarcación, pueden recurrir a Cota
Cero, ubicada en la Tercera Bajada, que dispone de excursiones a la
Salmonera. El valor es de 70 pesos si se lleva caña y de 80 cuando el
equipo lo pone el privado.
Se sale por lo general a las 8 y se regresa a las 14, lapso en que el
mar está más calmo y las condiciones de pesca son las mejores.
La experiencia es inolvidable. El pique de besugos y meros es constante.
Cuando se corta o cuando después de un rato no aparecen los salmones,
el guía mueve la lancha hasta algún sitio cercano. Tarde o temprano
los grandes ejemplares aparecen y se suman a los más de 50 ó 60
pescados chicos, entre besugos, meros y lenguados, capturados antes.
La jornada de pesca en el golfo comienza de manera excepcional. Por la
mañana el mar se presenta transparente. De lejos se notan los cardúmenes
de magrú haciendo burbujas como si el agua hirviera y el fondo del mar
se percibe con claridad hasta cerca de los cuatro metros de profundidad.
Antes de la pesca varios aprovechan a bañarse en esas cálidas aguas
planchadas.
Y a la vuelta, después del reparto, todo pasa por la cocina. Los
salmones de mar -pseudopercis semifasciata- no son los mismos que los
salmones rosados del Pacífico ni aquellos que trepan aguas arribas por
los ríos que desembocan en el mar en Alaska y Canadá. Ni siquiera son
salmónidos, pero su aspecto es similar y la exquisitez de su carne a la
parrilla los hace ideales para una cena con amigos rociada de vino
blanco. Los besugos se cocinan fácil. Se sacan las escamas y con
manteca y provenzal se mantienen pocos minutos en una cacerola o al
horno. Un manjar.